Algo que vi por un weblog , otra historia
Hace un ratito me han pasado una dirección de un weblog una amiga y aqui esta el texto :
Cuenta la leyenda que cuando surgió el espacio hubo dos figuras celestes que se amaban. Una era el sol, astro rey que en múltiples culturas antiguas representa la esencia de lo masculino. La otra era la Luna, que siempre ha representado a la mujer y la feminidad. La luna y el sol se amaron con tanta pasión que ella dió a luz a un pequeño planeta azul, al que decidieron llamar Tierra. Él decidió que le haría girar a su alrededor para poder cuidarlo mejor y darle su calor, y ella decidió dar una vuelta por su diámetro cada día, era su primer hijo y quería tenerlo bien cerca. La tierra a solas alumbró a la más poderosa de las fuerzas conocidas 'la madre naturaleza' y consiguieron que naciese la vida tal y como la conocemos. De ser una pequeña célula el primer ser dotado de vida evolucionó hasta convertirse en enormes reptiles a los que hoy conocemos como dinosaurios. Los padres de la criatura estaban encantados con ella, la Tierra era un hijo que solo daba alegrías, lo único que añoraban era poder pasar los días haciendo el amor como antes de ser padres, sin preocuparse de nada más. Hacía tantos millones de años que no podían quedarse a solas besarse sin pensar en la paternidad...Pero una noche el sol varió su recorrido y visitó a su esposa. Mientras hacían el amor provocaron un eclipse, hacía tanto que no sentían el calor de sus cuerpos que se descuidaron y estuvieron demasiado tiempo. Tanto, que cuando se dieron cuenta vieron que habían dejado sin calor y sin mareas a su hijo, de forma que los dinosaurios y casi todos los seres vivos que vivían sobre su faz murieron. Su hijo lloró durante milenios, hasta que sus padres le prometieron que desde ese momento mimarían a los seres supervivientes. Tanto tiempo había pasado, apenas días para los señores cósmicos pero millones de años para los habitantes de su hijo, que una hermosa hechicera humana escuchó la promesa que hacían el Sol y la Luna, desde entonces su tribu y todos sus numerosos descendientes adoraron a los astros. Su hijo al principio estuvo satisfecho, pero al ver la melancolía que invadía a sus padres les dijo que podrían verse una vez cada cierto tiempo, pero sin que la oscuridad perjudijase a sus hijos. Ahora en el próximo eclipse cuando mireis al cielo, sabreis que nuestro padre y nuestra madre primigenios están haciendo el amor...
Cuenta la leyenda que cuando surgió el espacio hubo dos figuras celestes que se amaban. Una era el sol, astro rey que en múltiples culturas antiguas representa la esencia de lo masculino. La otra era la Luna, que siempre ha representado a la mujer y la feminidad. La luna y el sol se amaron con tanta pasión que ella dió a luz a un pequeño planeta azul, al que decidieron llamar Tierra. Él decidió que le haría girar a su alrededor para poder cuidarlo mejor y darle su calor, y ella decidió dar una vuelta por su diámetro cada día, era su primer hijo y quería tenerlo bien cerca. La tierra a solas alumbró a la más poderosa de las fuerzas conocidas 'la madre naturaleza' y consiguieron que naciese la vida tal y como la conocemos. De ser una pequeña célula el primer ser dotado de vida evolucionó hasta convertirse en enormes reptiles a los que hoy conocemos como dinosaurios. Los padres de la criatura estaban encantados con ella, la Tierra era un hijo que solo daba alegrías, lo único que añoraban era poder pasar los días haciendo el amor como antes de ser padres, sin preocuparse de nada más. Hacía tantos millones de años que no podían quedarse a solas besarse sin pensar en la paternidad...Pero una noche el sol varió su recorrido y visitó a su esposa. Mientras hacían el amor provocaron un eclipse, hacía tanto que no sentían el calor de sus cuerpos que se descuidaron y estuvieron demasiado tiempo. Tanto, que cuando se dieron cuenta vieron que habían dejado sin calor y sin mareas a su hijo, de forma que los dinosaurios y casi todos los seres vivos que vivían sobre su faz murieron. Su hijo lloró durante milenios, hasta que sus padres le prometieron que desde ese momento mimarían a los seres supervivientes. Tanto tiempo había pasado, apenas días para los señores cósmicos pero millones de años para los habitantes de su hijo, que una hermosa hechicera humana escuchó la promesa que hacían el Sol y la Luna, desde entonces su tribu y todos sus numerosos descendientes adoraron a los astros. Su hijo al principio estuvo satisfecho, pero al ver la melancolía que invadía a sus padres les dijo que podrían verse una vez cada cierto tiempo, pero sin que la oscuridad perjudijase a sus hijos. Ahora en el próximo eclipse cuando mireis al cielo, sabreis que nuestro padre y nuestra madre primigenios están haciendo el amor...
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Tharsis -